En el famoso cuento “Alí Babá y los cuarenta ladrones”, los malhechores usaban la frase secreta “ábrete sésamo” para abrir las puertas de la cueva donde guardaban los tesoros robados. A lo largo de la historia, distintos tipos de toques, apretones de mano y saludos secretos se han usado como contraseñas entre grupos de personas.

Hoy en día, prácticamente todos necesitamos contar con alguna suerte de palabra secreta o clave para acceder a otro tipo de tesoro: la información valiosa! Ya se trate de redes sociales, juegos o plataformas en línea, lo cierto es que la mayoría de los servicios suele requerir un nombre de usuario y una contraseña.

Existen distintas formas de autenticación de una contraseña, pero el uso de las alfanuméricas es el mecanismo más difundido.

El objetivo de esta actividad es aprender a generar contraseñas lo más seguras posibles!!

Levante la mano quién tiene alguno de los siguientes hábitos a la hora de generar una contraseña:

  1. Usás tu apodo como clave.
  2. Tu clave incluye texto, números y símbolos.
  3. Tu clave tiene menos de 8 caracteres (letras, dígitos y otros símbolos).
  4. Dejás que tus amigos sepan tu clave.
  5. Solo vos y tus padres o tutores conocen tu clave.
  6. Tu clave es una palabra que aparece en el diccionario.
  7. Te resulta difícil recordar tu clave.
  8. Tu clave es un número telefónico.

¿Qué diferencia una contraseña segura de otra que no lo es? ¿Qué tipo de contraseña imaginan que pueden ser más segura?

Mientras más larga y compleja sea la clave, más difícil será para una máquina atacante adivinarla.

Si la clave fuera de 3 caracteres y se usaran solo números, sería bastante fácil adivinarla. Bastaría con intentar mil veces. ¿Por qué? Porque desde el 000 al 999 hay 1000 claves posibles. La insistencia en el uso de símbolos, números y letras es principalmente para que la contraseña elegida sea más difícil de adivinar. Una clave que, además de números, incluya letras y símbolos aumentará mucho la cantidad de combinaciones que va a tener que probar el programa de quién esté tratando de descubrirla.

Muchas personas usan nombres, fechas, siglas u otro tipo de palabras como clave porque son más fáciles de recordar. Es importante que una clave sea fácil de recordar para evitar anotarla y que alguien la vea. Pero también es importante pensar en una contraseña que sea difícil de adivinar.

Recordemos las siguientes prácticas:

  • No usar solamente letras o números.
  • No usar palabras reconocibles, tales como nombres propios, palabras del diccionario o términos de televisión, canciones o similares, aun sí terminan con números.
  • No usar palabras en idiomas extranjeros populares.
  • No usar información personal como fechas, números de DNI o de teléfono.
  • No escribir contraseñas en papel como recordatorio.

Les compartí en Edmodo las fichas para trabajar y para aprender a crear contraseñas seguras!!

Fuente consultada: Ciencias de la Computación para el aula – Fundación Sadosky – Investigación y desarrollo en TIC